- unificar las normas de derecho mercantil dentro de la U.E., inspirándose en la OHADA, que reúne a 17 países africanos en torno a un marco jurídico común para el derecho mercantil, y en los estados federales estadounidenses que han adoptado el “Uniforme Comercial Code” (UCC), un código comercial aplicable en todo los EEUU.
- abrir el mercado europeo a las pequeñas y medianas empresas. Esto no sólo facilitaría la actividad de las empresas europeas, sino que también las haría más atractivas para los inversores extranjeros.
- facilitar la libertad de establecimiento y la libre prestación de servicios dentro de la U.E., así como estimular la economía.
A modo de ejemplo, el derecho de la competencia se regula principalmente a través de la normativa europea, pero la fiscalidad es competencia de las legislaciones supranacional y nacional. Igualmente, cada Estado miembro de la U.E. tiene su propia normativa sobre fusiones y adquisiciones de empresas, lo cual genera dificultades cuando sociedades de diferentes Estados miembros desean fusionarse entre sí, siendo las fusiones y adquisiciones una fórmula de crecimiento empresarial, tanto a nivel nacional como europeo.
La U.E. está construyendo su propio derecho mercantil, el cual se uniformará y será más accesible para las empresas y profesionales europeos. El Libro Blanco sobre el futuro de Europa (“Reflexiones y escenarios para la Europa de los Veintisiete en 2025”), publicado por la Comisión Europea en el año 2017, ya predecía que «un grupo de países colabora y acuerda un código común de «Derecho mercantil», que unifica los ámbitos comerciales, societarios y otros aspectos legales conexos y ayuda a las empresas de todos los tamaños a operar con mayor facilidad a nivel transfronterizo.».
Abogado